En relación con los primeros ensayos prácticos que se
hicieron de educación infantil, la segunda mitad del siglo XVIII conocerá la
propagación, en varios paises europeos, de un tipo de escuela para la primera
infancia, concebida con una neta separación del recinto hogareño. Las primeras escuelas
conocidas que surgen durante esta época son las ``dame schools´´ inglesas,
los ``asilos de niños´´ alemanes y las ``escuelas de juego´´ holandesas. Todas
ellas (denominadas también frecuentemente «casas asilo» o «salas guardianas»)
estuvieron destinadas desde el principio a recoger a los niños de familias
humildes, cuyos padres trabajaban en los centros industriales.
Tenían una finalidad de carácter marcadamente asistencial
y solo accidentalmente instructiva. En palabras de Olegario Negrín, el objetivo
fundamental que se perseguía en estas primeras instituciones era: «preservar a
los niños del vagabundaje y la mendicidad y librar las calles de pendencias e incidentes
deplorables» (NEGRÍN. 1985: 103). En cuanto a la débil enseñanza que en estos
lugares se seguía, consistía fundamentalmente en el aprendizaje de oraciones y
prácticas religiosas, acompañadas de juegos —más bien sedentarios— y cantos.
Solo en ocasiones, corno apunta 3. L. García Garrido, se facilitaba también en
ellas el aprendizaje de unas pocas nociones de lectura, escritura y cálculo,
siendo, en definitiva, su principal característica la falta de sistematización
en la enseñanza (GARCÍA GARRIDO, 1986: 49).
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