martes, 20 de junio de 2017

Francisco Giner de los Ríos



Fue un defensor sin fisuras de la escuela pública, sin distinción de clases, credos, sexos, origen social o recursos económicos, una formación general que les permita desenvolverse como personas. 
Creía necesario formar a la juventud en un tipo de religiosidad por encima de los credos y confesiones positivas.

"Para tratar con niños, es menester hacerse niño; para enseñar a adultos ignorantes, hay que hacerse (pero no serlo) ignorante". 

Le daba mucha importancia a las excursiones escolares y a los juegos al aire libre.
La educación universitaria defiende la libertad del profesor para difundir sus ideas sin otros límites que los establecidos por la propia verdad científica y las leyes comunes. Ningún científico merecía la pena si su comportamiento no era un ejemplo de vida valioso a los demás

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